Desde su impacto en la historia hasta curiosidades científicas y tradiciones únicas, te presentamos 10 curiosidades sobre el vino que seguro te dejarán con la boca abierta.
1. El vino más antiguo del mundo tiene más de 8,000 años
Aunque las civilizaciones antiguas como la griega o romana popularizaron el consumo de vino, los hallazgos arqueológicos indican que el origen del vino se remonta a 6,000 a.C. en la región del Cáucaso, lo que hoy sería Georgia. Se han encontrado jarras de cerámica con residuos de vino, lo que demuestra que esta cultura ya fermentaba uvas.
2. Los vinos pueden "envejecer" en el espacio
En 2019, una docena de botellas de vino francés fueron enviadas a la Estación Espacial Internacional (EEI) para observar cómo envejecían en condiciones de microgravedad. Tras un año en órbita, los científicos compararon el vino con botellas que habían permanecido en la Tierra y notaron diferencias en su aroma, sabor y estructura molecular. Este curioso experimento abre puertas a nuevas formas de maduración del vino.
3. Las lágrimas del vino tienen una explicación científica
Seguro te has fijado que al mover una copa de vino, se forman lágrimas o gotas que se deslizan por las paredes. A esto se le llama el efecto Marangoni, y se debe a la evaporación del alcohol y a la tensión superficial del líquido. Cuanto mayor sea la graduación alcohólica del vino, más pronunciadas serán estas "lágrimas".
4. Las botellas de vino tienen una "hendidura" en la base por una razón
La hendidura en la base de las botellas, conocida como "punt", no es solo decorativa. Originalmente, esta forma ayudaba a distribuir mejor la presión en vinos espumosos, como el champán, y evitar que explotaran. En vinos tranquilos, facilita la decantación y proporciona estabilidad a la botella al servir.
5. El vino tinto y el blanco pueden hacerse con las mismas uvas
Aunque pueda parecer sorprendente, todas las uvas de vino tienen pulpa blanca, independientemente de su piel. El color del vino depende del tiempo que el jugo (mosto) pasa en contacto con las pieles de la uva. Para hacer vino blanco con uvas tintas, simplemente se separan las pieles rápidamente tras el prensado.
6. El vino fue clave en el descubrimiento de la pasteurización
Louis Pasteur, el famoso científico francés, realizó sus investigaciones sobre la fermentación gracias al vino. Durante el siglo XIX, descubrió que calentar ligeramente el vino eliminaba las bacterias que lo estropeaban, sin afectar su sabor. Este proceso, conocido como pasteurización, no solo salvó miles de litros de vino, sino que revolucionó la industria alimentaria.
7. El país con mayor consumo de vino per cápita no es Francia
Aunque Francia e Italia suelen liderar la producción mundial de vino, el mayor consumo per cápita sorprende: Vaticano ocupa el primer lugar. Sus habitantes, incluidos religiosos y residentes, consumen en promedio más de 70 litros de vino al año por persona. Esto se debe, en parte, a las ceremonias religiosas y al estilo de vida del pequeño estado.
8. La cata de vinos puede revelar el clima de su cosecha
Los vinos tienen una sorprendente capacidad de contar la historia del año en que fueron producidos. Los expertos pueden identificar si una cosecha se dio en un año caluroso, lluvioso o seco solo por su sabor y estructura. Los vinos de años calurosos suelen ser más concentrados y alcohólicos, mientras que los de años más fríos tienden a ser más frescos y ácidos.
9. El vino rosado no es una mezcla de blanco y tinto
Existe una creencia común de que el vino rosado se obtiene mezclando vino blanco con tinto. Sin embargo, este proceso está prohibido en casi todo el mundo (excepto para algunos champagnes rosados). El vino rosado se elabora dejando el mosto en contacto con las pieles de las uvas tintas durante un corto período de tiempo, lo que le da su color característico y frescura.
10. Un solo racimo de uvas puede contener hasta 1,000 compuestos aromáticos
El vino es una de las bebidas más complejas del mundo en términos de aroma y sabor. Cada racimo de uvas contiene hasta 1,000 compuestos aromáticos distintos que, durante la fermentación y crianza, se combinan para crear aromas frutales, florales, especiados y minerales. Esta complejidad es lo que hace que cada vino sea único y fascinante.