Torrijas, monas, buñuelos... esos dulces que nos recuerdan a la cocina de la abuela, a meriendas con amigos, a tradiciones que seguimos celebrando. Y ya que estamos en modo disfrute, ¿por qué no acompañarlos con algo que los haga brillar aún más? Aquí van algunas ideas de maridajes para que le saques todo el partido a los clásicos de siempre.
1. Torrijas + Pedro Ximénez
Las torrijas no necesitan presentación. Pan empapado en leche o vino, frito, con azúcar y canela. Son jugosas, dulces, y huelen a Semana Santa.
¿Con qué van genial?
Con un Pedro Ximénez, ese vino dulce con toques a pasas, higos y caramelo. Se abrazan de maravilla. Si tu torrija lleva vino en lugar de leche, también puedes optar por un Oporto Ruby, más afrutado y con un toque ácido que le sienta de lujo.
2. Mona de Pascua + Cava Brut Nature
La mona es alegría. Bizcocho esponjoso, decorado con chocolate, huevos o figuritas según la región. Tradicional, sí, pero con muchas versiones creativas.
¿Qué le queda bien?
Un cava brut nature. Las burbujas limpian el paladar, la acidez equilibra el dulce, y todo entra suave. Si lleva mucho chocolate (sobre todo negro), prueba con un vino tinto dulce como una garnacha o un Banyuls.
3. Leche frita + Vermut blanco
Cremosa, con toque de canela y limón, la leche frita es un postre que sorprende siempre.
¿Qué le pega?
Un vermut blanco, que aporta amargor y especias justo para cortar con lo cremoso y realzar lo cítrico. Mejor bien frío. Incluso con un chorrito de soda si quieres algo más fresco.
4. Buñuelos de viento + Moscato d’Asti
Esos buñuelitos ligeros, con o sin relleno, vuelan de la mesa. Dulces, pero no pesados. Un vicio.
¿Qué beber con ellos?
Un Moscato d’Asti, espumoso italiano, fresquito, suave, con ese dulzor justo. Ideal para no empalagar. ¿Versión nacional? Un vino de aguja de moscatel también va muy bien.
5. Pestiños + Brandy de Jerez
Si hay algo contundente en Semana Santa, son los pestiños. Masa frita bañada en miel y con sésamo. Dulce, crujiente, y con mucha personalidad.
¿Qué les va de lujo?
Un brandy de Jerez. Fuerte, con cuerpo, notas a tostado… equilibra la miel y prolonga el sabor. ¿Algo más suave? Un orange wine también encaja muy bien, con ese rollo cítrico que refresca el paladar.
6. Rosquillas de anís + Licor de hierbas
Las rosquillas son ese clásico que nunca falla. Crujientes por fuera, esponjosas por dentro, y con ese toquecito de anís que las hace únicas.
¿Con qué maridan bien?
Con un licor de hierbas gallego bien frío. El contraste es perfecto y además intensifica ese sabor anisado. Si prefieres algo sin alcohol, una infusión de hinojo o anís verde también funciona.
7. Huevos de Pascua de chocolate + Vino tinto dulce
El chocolate no puede faltar. Huevos de Pascua, tabletas, figuras... sea cual sea la forma, el chocolate siempre está presente.
¿Con qué se disfruta más?
Depende del tipo:
– Con leche: un vino tinto dulce, tipo Garnacha, va perfecto.
– Chocolate negro: prueba con un Oporto Vintage o algún vino dulce con cuerpo.
Curioso pero cierto: el whisky y el chocolate negro también hacen buena pareja. Pero eso ya es para valientes (o para sobremesas muy largas).
Consejos para maridar como un pro
Busca equilibrio. El maridaje debe complementar, no competir. Si el postre es muy dulce, el acompañante no debe serlo aún más.
Juega con los contrastes. Lo ácido limpia, lo amargo equilibra, lo seco refresca. No todo tiene que ser dulce.
El alcohol no es imprescindible. Tés, infusiones y cafés también pueden crear maridajes interesantes.
Sirve en porciones pequeñas. Tanto los dulces como las bebidas. Así se disfruta mejor cada bocado y cada sorbo.