Este espacio, dirigido por Cristian Balta y Gabriela Tandazo, es mucho más que una coctelería; es una puerta a la esencia de México a través del agave y los destilados.
La magia del agave
Lo primero que cautiva en Agabar es su carta, un auténtico homenaje a los destilados mexicanos. Tequilas, mezcales, raicillas y hasta pox se despliegan como protagonistas de una carta de lo más completa. Cada opción está cuidadosamente seleccionada, y si confías en las recomendaciones de Cristian y Gabriela, ellos encontrarán el trago perfecto según lo que estés buscando. Para mí, este enfoque personalizado fue todo un descubrimiento. Durante mi primera visita, mientras estudiaba el WSET 2 de destilados, probé varias opciones que me encantaron y que me sirvieron para ampliar mis conocimientos.
Entre los cócteles estrella destaca la Paloma, presentada en seis variaciones exclusivas. De estas, la Sexy Paloma, preparada con mezcal Unión y Ancho Verde, es un deleite para los sentidos. La combinación del ahumado del mezcal con el toque especiado está simplemente espectacular.
Sabores muy auténticos
Si algo distingue a Agabar es su capacidad de innovar manteniendo la autenticidad. Una de sus creaciones más intrigantes son los cócteles verdes, preparados con una salsa característica de los tacos al pastor. Este detalle, aparentemente excéntrico, encapsula el espíritu de la coctelería: cada trago cuenta una historia que conecta con la tradición mexicana.
Además, la carta ofrece un recorrido por las regiones de México con cócteles temáticos. Por ejemplo, el trago inspirado en Chiapas incluye pox Siglo Cero, sherry cream, aguamiel, mango y maíz yogurt, transportándote directamente a los aromas y sabores de la región. O el cóctel de Ciudad de México, que combina tequila curado con cupreata, sirope de especias, soda de mango y cúrcuma, creando un perfil vibrante y especiado.
Toda una experiencia
Los cócteles son solo una parte de la experiencia. En Agabar, los acompañamientos como el guacamole en molcajete añaden una dimensión gastronómica que complementa perfectamente a los destilados. Este guacamole, preparado al estilo tradicional, es un imprescindible que refuerza la conexión con México.
Agabar no es solo un lugar para tomar un cóctel; es una inmersión en la cultura y el alma de un país. Desde las cuidadosas elecciones de ingredientes hasta el ambiente cálido y auténtico, cada detalle está diseñado para transportar al cliente a una experiencia única.
Si vas a Palma y quieres probar algo diferente, no lo dudes: te vas a enamorar de México en cada sorbo.
¡Salud y viva México!