cart
0
Ciencia

¿Cómo funciona el olfato?

El olfato es un sentido extraordinario que desempeña un papel crucial en nuestra percepción del mundo. Desde identificar un ramo de flores hasta disfrutar de los complejos aromas de un buen vino, nuestro sentido del olfato es una puerta a experiencias sensoriales profundas. 

Publicado por:
Ana Gómez

Además, este sentido está estrechamente relacionado con la memoria y las emociones. El proceso comienza con la inhalación de aire que contiene moléculas volátiles, las cuales son transportadas hacia la cavidad nasal. Allí, estas moléculas interactúan con una región especializada llamada epitelio olfativo, situada en la parte superior de la cavidad nasal.

El epitelio olfativo

Este tejido contiene millones de neuronas olfativas sensoriales, cada una equipada con receptores específicos para ciertos tipos de moléculas volátiles. Cuando estas moléculas se unen a los receptores, desencadenan señales eléctricas que son enviadas al bulbo olfativo, una estructura situada en la base del cerebro.

El bulbo olfativo

Aquí, las señales eléctricas se procesan y se agrupan en patrones que representan diferentes aromas. El bulbo olfativo luego envía esta información a otras áreas del cerebro, como la corteza olfativa y el sistema límbico, responsables de interpretar los olores y vincularlos con emociones y recuerdos.

Especificidad de los receptores

El ser humano posee alrededor de 400 tipos diferentes de receptores olfativos, capaces de detectar una amplia gama de olores. Cada receptor responde a un conjunto específico de moléculas, lo que permite que nuestro cerebro reconozca miles de aromas distintos.

La ciencia de detectar moléculas volátiles

Las moléculas volátiles son sustancias químicas que se evaporan fácilmente a temperatura ambiente, liberando aromas que podemos detectar. Estas moléculas tienen ciertas características que determinan cómo interactúan con nuestros receptores olfativos:

Tamaño y forma molecular: los receptores olfativos son como cerraduras, y las moléculas volátiles actúan como llaves. Solo aquellas con la forma y tamaño adecuados activarán un receptor específico.

Polaridad: las moléculas polares (con carga eléctrica) interactúan de manera diferente con los receptores en comparación con las no polares, lo que contribuye a la diversidad de aromas percibidos.

Concentración: la intensidad de un olor depende de la cantidad de moléculas volátiles presentes en el aire.

Aromas en el vino

El vino es un universo de aromas, y nuestra capacidad para detectarlos es esencial para disfrutar plenamente de esta bebida. Cada vino tiene un perfil aromático único compuesto por cientos de moléculas volátiles que se generan en diferentes etapas: la fermentación, el envejecimiento y el servicio.

Etapas de Generación de Aromas en el Vino

Aromas Primarios
Estos provienen de las uvas y están relacionados con las variedades utilizadas. Por ejemplo, el Sauvignon Blanc es conocido por sus notas herbáceas y cítricas, mientras que el Cabernet Sauvignon ofrece aromas de frutas negras y especias.

Aromas Secundarios
Se generan durante la fermentación, cuando las levaduras transforman los azúcares en alcohol y producen compuestos volátiles como ésteres y alcoholes superiores. Estos compuestos añaden capas de aromas que pueden incluir notas de plátano, manzana o pan fresco.

Aromas Terciarios
Surgen durante el envejecimiento, ya sea en barrica o en botella. La interacción entre el vino, el oxígeno y los componentes de la madera aporta notas complejas como vainilla, tostado o frutos secos.

Detectando los Aromas del Vino

La detección de aromas en el vino es una habilidad que combina el conocimiento científico con la práctica. Este proceso implica tres pasos fundamentales:

Liberación de las Moléculas Volátiles
Al servir el vino y agitar la copa, las moléculas volátiles se liberan al aire. Por eso, los expertos recomiendan servir el vino en copas con una forma específica que concentre los aromas hacia la nariz.

Inhalación y Percepción
Al oler el vino, las moléculas volátiles viajan hacia el epitelio olfativo, donde activan los receptores. En este punto, podemos identificar aromas específicos, como frutos rojos, flores o especias.

Retronasal
Durante la degustación, las moléculas también alcanzan los receptores olfativos a través de la vía retronasal, que conecta la boca con la nariz. Esto enriquece la experiencia al combinar aromas y sabores.

Factores que afectan la percepción de aromas

La percepción de los aromas del vino no es constante; está influenciada por varios factores:

Temperatura del vino: los aromas se liberan más fácilmente a temperaturas más altas, pero un vino demasiado caliente puede resaltar notas alcohólicas no deseadas.

Forma de la copa: una copa diseñada para concentrar los aromas hacia la nariz mejora la experiencia sensorial.

Estado del catador: la fatiga olfativa, el entorno y la experiencia previa del catador influyen en la percepción.

Componentes químicos clave en los aromas del vino

Algunas de las moléculas más comunes responsables de los aromas del vino incluyen:

Ésteres: aportan notas frutales y florales.

Terpenos: presentes en variedades aromáticas como el Moscatel, ofrecen aromas cítricos y florales.

Fenoles volátiles: generan notas de especias, madera o ahumado, especialmente en vinos envejecidos en barrica.

La importancia del olfato en la evaluación del vino

El olfato es fundamental en la cata de vinos. Un buen catador puede identificar defectos (como aromas a corcho o reducción) y cualidades únicas. Además, la descripción precisa de los aromas ayuda a comunicar las características de un vino a otros aficionados.

El olfato es un sentido extraordinario que nos conecta con el mundo de maneras profundas y significativas. En el caso del vino, este sentido nos permite explorar un universo sensorial lleno de matices y complejidades. Cada inhalación nos acerca a los secretos de las uvas, el suelo, el clima y la mano del enólogo.

Comprender cómo detectamos las moléculas volátiles del vino no solo enriquece nuestra apreciación, sino que también nos invita a detenernos y disfrutar de cada copa con una perspectiva renovada. Así que la próxima vez que levantes una copa, tómate un momento para inhalar profundamente y dejar que tu olfato te guíe a través de la historia que el vino tiene para contar.