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Entrevistas

Entrevista a Teresa Gutiérrez, propietaria y chef del restaurante Azafrán

He tenido el honor de entrevistar a la chef Teresa Gutiérrez, alma y corazón del restaurante Azafrán. Una entrevista donde comparte la historia y la filosofía que han convertido su cocina en un homenaje vivo a La Mancha.

Publicado por:
Ana Gómez González

Desde sus raíces en Villarrobledo hasta su enfoque en el producto local y la creatividad emocional, Teresa revela cómo ha construido un proyecto gastronómico íntimo, honesto y profundamente ligado a su tierra. Su visión combina tradición, memoria y un respeto absoluto por los ingredientes, dando forma a un espacio donde cada plato cuenta una historia.

1. ¿Cómo nació el restaurante Azafrán y qué te inspiró a emprender este camino en la gastronomía?


Yo soy de Villarrobledo y siempre he sentido un cariño especial por mi tierra y por sus productos y por su historia. En un momento dado pensé que, si iba a dedicar mi vida a algo, tenía que ser a esto: a cocinar donde nací, con lo que aquí se cultiva, y con la calma de un restaurante pequeño, muy mío. Azafrán nació de mi pasión por la cocina y querer compartir todo esto con los demás.
El nombre, Azafrán, no es casual. El Azafrán de La Mancha es un ingrediente que siempre me ha inspirado: delicado, pero capaz de llenar un plato de aroma y de color. Un poco como el sueño que dio origen al restaurante.

2. ¿Cuál dirías que es la esencia de la cocina de Azafrán? ¿Qué no puede faltar en un plato que salga de tu cocina?


La esencia de la cocina de Azafrán es sencilla: cariño, respeto al producto y equilibrio. Me gusta que los platos sean cercanos, que el comensal reconozca sabores de siempre, pero con un pequeño giro personal.

3. Trabajas con productos locales y de temporada. ¿Cómo influye esto en tu menú y en tu forma de cocinar?


Trabajar con producto local y de temporada hace que yo no mande tanto como el calendario y la tierra.
Eso hace que el menú cambie, que el restaurante tenga estaciones, que no siempre haya lo mismo. Cocino con lo que aquí se da, en el momento en que se da mejor.

4. ¿Hay algún plato del menú que represente especialmente tu historia personal o tus raíces?


Sí, hay platos que para mí son casi pequeños recuerdos servidos en un plato. Me gusta mucho reinterpretar recetas sencillas de nuestra cocina manchega: guisos, platos de cuchara, recetas humildes… darles un aire un poco más actual, más ligero, pero sin disfrazarlos.

5. ¿Cómo es el proceso creativo detrás de un nuevo plato?


El proceso creativo suele empezar con algo muy pequeño: un producto que me emociona, un olor, una textura o incluso una persona a la que quiero dedicarle ese plato. Después voy probando: qué le sienta bien, qué le sobra, qué le aporta frescura, qué lo hace más ligero.

6. ¿Qué sueñas para el futuro de Azafrán? ¿Algún proyecto o idea que estés deseando desarrollar?


Sueño con que Azafrán siga siendo un lugar cercano, donde la gente venga a celebrar, a cuidarse y a sentirse como en casa. No busco grandes cosas, sino seguir creciendo poco a poco, con pasos firmes y coherentes.
Me ilusiona seguir uniendo cocina y salud, trabajar más con producto de proximidad, colaborar con productores de la zona y seguir poniendo en valor La Mancha y todo lo que representa. Si el restaurante puede ser un pequeño altavoz de lo que se hace en nuestra tierra, me doy por satisfecha.

7. ¿Hay algún ingrediente que te encante o que consideres tu “firma” en la cocina?


Sin duda, el Azafrán de La Mancha. Me inspira cada día: su aroma, su color, la historia que lleva detrás, el trabajo tan delicado que hay para obtener cada hebra… Me recuerda que de algo pequeño puede salir algo muy grande.

8. ¿Cuál ha sido el mayor reto al que te has enfrentado como cocinera y propietaria de Azafrán?


El mayor reto ha sido sostener el proyecto durante tantos años sin perder la ilusión del primer día. Ser cocinera y propietaria a la vez significa aprender a gestionar muchas cosas que no tienen que ver con los fogones: números, equipos, imprevistos… y seguir encontrando fuerzas para encender cada mañana la cocina con ganas.
También ha sido un reto mantenerme fiel a lo que soy: una cocinera de pueblo, que cree en su tierra, en su producto. A veces el mundo va muy deprisa, y lo difícil es seguir tu propio ritmo sin dejar de avanzar.

La fotografía es de Dani Sousa.