Aunque ambas son autóctonas de esta región, cada una tiene su propia personalidad, influenciada por el clima, los suelos y las técnicas de vinificación. En este artículo te cuento las principales diferencias entre estas dos variedades.
Atlántico vs. interior
El Albariño se cultiva principalmente en la Denominación de Origen (DO) Rías Baixas, situada en las zonas más atlánticas de Galicia. Aquí, los suelos graníticos y el clima húmedo con temperaturas suaves favorecen esta variedad.
Por otro lado, el Godello prospera en regiones del interior de Galicia, especialmente en la DO Valdeorras, pero también en Monterrei, Ribeira Sacra y Ribeiro. Las zonas del interior se caracterizan por una mayor amplitud térmica, menor pluviometría y suelos pizarrosos o de esquistos, lo que aporta al godello un carácter distinto.
Diferencias en el vino
Albariño: perfil atlántico
Alcohol y acidez: los vinos elaborados con la Albariño tienden a tener menor graduación alcohólica y una acidez muy elevada. Además, es común encontrar una nota salina, que refleja la influencia del Atlántico.
Aromas: intensidad aromática elevada, con predominancia de notas florales y frutales. Entre los descriptores más frecuentes están la manzana verde, los cítricos y ciertas notas tropicales como la piña o el plátano.
Cuerpo: frescos, ligeros y vibrantes, ideales para disfrutar en días cálidos o acompañando platos de mariscos.
Ejemplos de albariños:
Pazo de Señoráns Selección de Añada: un clásico de las Rías Baixas con notas de manzana verde, melocotón y un toque salino.
Albariño Martín Códax: un vino fresco y equilibrado, perfecto para acompañar ostras.
Fillaboa: un albariño con aromas cítricos y una acidez que destaca.
Godello: elegancia y complejidad
Alcohol y acidez: más alcohólicos que los albariños, con una acidez elevada pero menos pronunciada.
Aromas: presentan una intensidad aromática media-alta, con notas de cítricos, manzana, melón, flores y toques vegetales. Estos vinos suelen ofrecer un perfil más estructurado y redondo en boca.
Cuerpo: más densos y con mayor complejidad en comparación con el albariño, lo que los hace ideales para maridar con platos más elaborados.
Ejemplos de godellos:
Guitián Fermentado en Barrica: procedente de Valdeorras, este vino destaca por su cremosidad y notas de fruta madura.
Gargalo: un godello de Monterrei con una estructura impecable y aromas florales.
O Luar do Sil: elegante y mineral, con un toque distintivo de suelos pizarrosos.
Características edafoclimáticas y técnicas de vinificación
La ubicación geográfica y los métodos de cultivo influyen significativamente en el perfil de ambos vinos:
El albariño se beneficia del clima húmedo y suelos graníticos del litoral atlántico, lo que resalta su frescura y carácter salino.
El godello, en contraste, prospera en zonas más secas con suelos pizarrosos, aportando mayor complejidad mineral y una estructura más robusta.
¿Cuál elegir?
La elección entre albariño y godello depende del momento y del plato que se desee acompañar.
Para mariscos y pescados frescos, el albariño es la opción perfecta gracias a su acidez viva y frescura.
Para carnes blancas, arroces cremosos o platos más estructurados, un godello aportará la intensidad y el cuerpo necesarios para realzar los sabores.