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Cultura

La Escuela Española de Cata ha recibido el Premio Maestro del Vino 2025

Hay instituciones que se construyen con tiempo, constancia y una forma muy clara de entender la formación. La Escuela Española de Cata es una de ellas.

Publicado por:
Ana Gómez González

Este 2025 ha sumado un reconocimiento que refuerza su lugar en el sector: el Premio Maestro del Vino AEPEV 2025, un galardón que destaca a quienes trabajan, desde la enseñanza y la divulgación, por elevar la cultura del vino.

El premio se entregó durante la Gran Cena de la Comunicación del Vino, un encuentro celebrado en la histórica Masía de José Luis, en la Casa de Campo de Madrid. Un escenario que acompaña bien a un logro que no llega por casualidad.

Un triunfo frente a grandes instituciones

La candidatura de la Escuela Española de Cata competía este año con dos centros de enorme prestigio internacional: el Basque Culinary Center y la institución portuguesa Chest Wine. Que la AEPEV eligiera finalmente a la escuela dirigida por Carmen Garrobo y Arturo Hurtado dice mucho del impacto que ha tenido su trabajo durante más de dos décadas.

Los más de doscientos asociados de la AEPEV valoraron especialmente el rigor académico de la escuela y su compromiso sostenido con una formación sólida, sensorial y multidisciplinar. No solo enseñan a catar; forman profesionales capaces de interpretar un vino, comunicarlo y entender su contexto cultural y técnico.

Más de 25 años formando profesionales del vino

La Escuela Española de Cata lleva más de un cuarto de siglo trabajando con un objetivo constante: mejorar la formación en torno al vino en España. En ese tiempo, han pasado por sus aulas miles de sumilleres, técnicos, comunicadores y amantes del vino, muchos de los cuales hoy ocupan puestos clave en bodegas, distribuidoras, hostelería o medios especializados.

Su método combina análisis sensorial, fundamentos científicos, comunicación, técnicas de servicio y una inmersión profunda en las zonas vitivinícolas. Un enfoque completo que la ha convertido en un punto de referencia tanto dentro como fuera del país.

Un premio que reconoce la divulgación

El Premio Maestro del Vino, que cada año entrega la AEPEV, reconoce a quienes impulsan la cultura del vino en cualquiera de sus ámbitos. Y en este sentido, la escuela ha sabido crear una huella que va más allá de los cursos: ha consolidado una forma de enseñar que conecta con las necesidades reales del sector.

Desde la dirección, lo tienen claro: la formación debe avanzar al mismo ritmo que lo hace el vino. La escuela ha ido actualizando su oferta, incorporando nuevas disciplinas y ampliando su alcance hacia Iberoamérica, donde cada vez más estudiantes se suman a sus programas online.

Una escuela que nunca deja atrás a sus alumnos

Una de las claves del éxito de esta institución es algo difícil de medir en cifras: el vínculo con sus alumnos. La relación no se limita al tiempo que dura un curso. Continúa después, en forma de asesoramiento, actividades, encuentros y colaboraciones.

Con los años, esta comunidad se ha vuelto parte esencial de la identidad de la Escuela Española de Cata. Muchos de sus antiguos alumnos hoy destacan en el sector y mantienen el contacto con la escuela, creando una red profesional que se retroalimenta.

Formación, networking y una comunidad global

Además de su labor en las aulas, la escuela ha sabido adaptarse al contexto actual. Su oferta formativa incluye modalidades presenciales, semipresenciales y online, pensadas para profesionales que necesitan compatibilizar el aprendizaje con su día a día.

También se ha convertido en un espacio de encuentro: fomenta redes de contacto, abre puertas a colaboraciones profesionales y conecta a estudiantes y docentes de distintos países.

Un reconocimiento que impulsa lo que viene

El Premio Maestro del Vino 2025 refuerza el papel de la Escuela Española de Cata como referente en formación y como agente activo en la divulgación del vino.

Un reconocimiento que premia la trayectoria, pero también la forma de mirar al futuro: con rigor, con curiosidad y con la certeza de que formar bien es una de las mejores maneras de fortalecer la cultura del vino.