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Cultura

La Historia del vino dulce Pedro Ximénez

El vino Pedro Ximénez, conocido por su inigualable dulzura y profundidad de sabor, es un emblema de la tradición vinícola española. Sin embargo, el origen de esta variedad de uva está envuelto en un halo de misterio y controversia, con múltiples teorías que entremezclan historia, leyenda y tradición

Publicado por:
Ana Gómez

El Soldado de los Tercios de Flandes

La versión más popular sobre el origen del Pedro Ximénez nos lleva al siglo XVI, cuando Pedro Ximén, un soldado de los Tercios de Flandes, habría introducido esta uva en España. Según esta narrativa, el soldado la trajo desde el valle del Rin en Alemania, una región vitivinícola donde se cree que llegó desde Madeira y, previamente, desde Grecia.

Esta teoría, recogida por autores como Varcárcel en 1971, sugiere que Pedro Ximén transportó las vides en su zurrón durante las campañas militares. Sin embargo, la autenticidad de esta historia se ha puesto en duda debido a las diferencias entre las características ampelográficas (relativas a la botánica de las uvas) de la Pedro Ximénez y las variedades tradicionales del Rin. Investigadores como Viala y Vermorel (1910) han señalado que no existen similitudes significativas entre ambas.

La conexión mediterránea

Otra hipótesis apunta hacia un origen más cercano. Según diversos expertos, la Pedro Ximénez es una uva genuinamente mediterránea, nacida en el sur de España. Su sinonimia —con nombres como Alamís, Ximén y Ximéncia— y su fuerte arraigo en la cultura vitivinícola del sur refuerzan esta teoría. Algunos investigadores creen que su nombre podría derivar de una traducción árabe que significa "gota dorada", haciendo referencia a la apariencia de sus racimos.

Además, registros históricos muestran que esta uva ya se cultivaba en el sur de España en el siglo XV, mucho antes de que los soldados españoles regresaran de Flandes. Profesores de la Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba han encontrado documentos que mencionan la uva en esa época, lo que refutaría la historia del soldado viajero.

Evidencias históricas y culturales

Independientemente de su origen, está claro que la Pedro Ximénez adquirió relevancia en España a partir del siglo XVI. Un documento de 1574 encontrado por Enrique Garramiola en un archivo público de Montilla menciona explícitamente esta uva, destacando su valor comercial y su calidad superior. En él, se registra un contrato de compraventa en el que Antón Ximénez Toledano se comprometía a entregar 25 cargas de uva Pedro Ximénez en Montilla, lo que evidencia su popularidad en la región.

La nobleza de la Pedro Ximénez

Lo que es indiscutible es la calidad de esta uva, reconocida a lo largo de los siglos por expertos en enología. García de la Leña, en el siglo XVIII, afirmaba que era “la más noble de todas las variedades”. Esteban Boutelou (1807) la describió como una de las más apreciadas por su versatilidad en la elaboración de vinos dulces y secos. Simón de Roxas Clemente, uno de los grandes ampelógrafos de su tiempo, también destacó su mosto como “el mejor para vinos”.

La Pedro Ximénez es la base de algunos de los vinos más célebres de España, particularmente los elaborados en Montilla-Moriles y Málaga. Su mosto, concentrado por el soleo de las uvas, produce vinos con aromas a pasas, miel y frutas secas, características que lo hacen único en el mundo.

Un debate abierto

Hoy en día, Montilla y Málaga se disputan el título de cuna del Pedro Ximénez. Ambas regiones cuentan con una rica tradición vinícola y han contribuido a elevar este vino al estatus que disfruta actualmente. Además, la influencia de otras culturas y la compleja historia del Mediterráneo alimentan el misterio sobre su origen.

Incluso en Inglaterra, en el siglo XVI, esta uva era conocida como "Peter see me", una evidencia más de su presencia en Europa y su reconocimiento internacional.

Conclusión

La historia del Pedro Ximénez combina elementos de romance, cultura e historia, reflejando la rica tradición vitivinícola del sur de España. Aunque su origen exacto siga siendo un enigma, lo que no admite discusión es la excelencia de los vinos que se producen con esta variedad. Desde las soleadas laderas de Montilla y Málaga hasta nuestros paladares, el Pedro Ximénez continúa siendo un símbolo del arte vinícola español.